Situación de partida.

 

Vivimos en un mundo saturado de marcas, productos y todas, buscan diferenciarse de distintas formas. Para estos tres clientes, había que generar una percepción de valor importante para aumentar su sensación de calidad y prestigio en el mercado pero, actuando sobre elementos que ya existían sin poder hacer un rediseño completo de su envase.

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Planteamiento estratégico.

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Antes de cualquier estrategia de comunicación y utilizar cualquier otro medio masivo, lo primero que tenía que hablar era su packaging.

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- Mondariz: 
Una transformación completa que generaba una sensación Premium pero honrando su heritage de más de 140 años de historia. Un pet que respetaba su característica forma cuadrada fue pintado de azul, multiplicando por 4 su visibilidad en el lineal y aportándole un plus de prestigio relevante.

También existía un nicho de mercado de aguas gourmet donde había que estar. Así nace Elite de Mondariz, una selección única procedente de aguas de más de 150 años de antigüedad.

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- Larsa: 
Un pack único en el sector lácteo que reflejaba la autenticidad y tradicionalidad de la marca. A través de una tipografía propia, de códigos ornamentales típicamente gallegos y con la iconicidad de los antiguos envases de leche Larsa. Además, contaba con diferentes mensajes de consumidores que lo convertían en el primer brik interactivo del mercado.

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- Frinsa: 

En el sector de las latas de conservas, marcado por los colores llamativos en sus envases, se apostó por el minimalismo: la primera lata de conservas blanca del mercado.